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Áreas de Investigación

Mamíferos Marinos

Proyecto ballenas jorobadas y cambio climático

Investigadores del Museo de Ballenas y de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, junto con investigadores de Pacific Whale Foundation-Ecuador y del Instituto Smithsonian para Investigaciones Tropicales de Panamá, han creado un equipo de investigación  para evaluar el impacto del cambio climático en las ballenas jorobadas que se reproducen en la parte noroccidental de Sudamérica. El proyecto es parte de una iniciativa hemisférica liderado por la Universidad de Griffith en Australia, e involucra a universidades de Australia, Sudáfrica y Sudamérica que han unido esfuerzos para integrar un equipo de investigación multidisciplinario con experiencia en impactos del cambio climático, distribución de ballenas, migraciones y biología, productividad primaria y química del océano y modelación numérica.

El objetivo general del proyecto es crear un modelo para la distribución de ballenas en futuros escenarios de cambio climático y, por lo tanto, investigar los cambios que influyen en la demografía poblacional, el estado y la conservación de las ballenas jorobadas. El trabajo de investigación en Ecuador comenzará en septiembre de 2022 con la colocación de 10 dispositivos satelitales a ballenas jorobadas en Salinas para monitorear la ruta de migración entre las zonas tropicales de reproducción y las zonas de alimentación alrededor de la península Antártica. Se busca establecer una correlación entre el movimiento de las ballenas y condiciones oceanográficas específicas que permitan anticipar futuros cambios en la distribución o en las rutas migratorias de la especie. La colocación de dispositivos satelitales continuará en las temporadas de reproducción 2023 y 2024.

Mas información del proyecto aquí

Iniciativa para la conservación del delfín mular dentro de àreas protegidas de Ecuador continental

En junio de 2022 WildAid, el Museo de Ballenas y Pacific Whale Foundation renovaron el convenio de cooperación que firmaron en 2021. El convenio tiene como objetivo principal contribuir a la conservación del delfín costero Tursiops truncatus dentro de las áreas marinas protegidas de Ecuador continental mediante la generación de información clave para su gestión y el fortalecimiento de las capacidades de control de los guardaparques marinos. 

El delfín mular (Tursiops truncatus), conocido localmente como bufeo, es una especie de cetáceo que habita en zonas tropicales y templadas alrededor del mundo. Pese a su amplia distribución, la especie no es común en ningún sitio, y en muchos lugares está amenazado por actividades humanas como pesquerías y tráfico marítimo. En Ecuador existen al menos tres ecotipos diferentes: oceánico, costero y estuarino. Los dos últimos fueron catalogados por el Ministerio de Ambiente recientemente como “En Peligro” en la lista roja de los mamíferos del Ecuador, dado su tendencia poblacional decreciente. Los bufeos son mamíferos de larga vida, pudiendo vivir más de 50 años. Sin embargo, tienen una baja tasa de reproducción y una madurez sexual tardía, por lo que recuperar la población una vez que ha sido disminuida puede demorar décadas y requieren un monitoreo continuo para determinar si las medidas de gestión son efectivas o requieren correctivos.

Con excepto de los que habitan la puntilla de Santa Elena, muy poco se conoce sobre los delfines mulares que viven a lo largo del perfil costero continental al norte de Santa Elena. Monitoreos realizados en 2021, entre Puerto Cayo en Manabí y Ayangue en Santa Elena, demostraron que existe una muy baja densidad poblacional y que probablemente los delfines se distribuyen en esta zona de manera estacional o tienen una distribución más amplia de aquella monitoreada. No obstante la baja densidad de delfines en la zona, los estudios de 2021 demostraron que el delfín mular es una especie que conecta ecológicamente distintas AMP de la costa de Ecuador donde se distribuye. Recientes avistamientos de la especie hechos por guardaparques de diferentes AMCP en varias provincias de la costa, indican que la especie tendría una distribución continua a lo largo del filo costero de Ecuador continental.

Durante la segunda mitad de 2022 los monitoreos continuarán a lo largo de la costa de Ecuador y se brindará capacitación a guardaparques y pescadores sobre aspectos ecológicos de los bufeos y métodos de liberación de animales enredados.



Otras especies de cetáceos

En el marco de este proyecto, también se registran otras especies de cetáceos que ocasionalmente de las encuentra en aguas costeras, esto incluye delfines manchados, ballenas de Bryde o tropicales y recientemente una ballena azul. Aquí video de ballena azul.

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Estudio poblacional de la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) en la costa de Ecuador

Esta investigación se inició en 1991 en los alrededores de isla de La Plata, provincia de Manabí y posteriormente se extendió hacia Puerto Cayo y Salinas. Es el programa de investigación de esta especie más antiguo en el país y continúa en la actualidad. El objetivo de esta investigación es realizar un seguimiento a la población de ballenas jorobadas del Pacífico Sudeste que se reproduce en las costas de Ecuador durante el invierno austral. La investigación tienes varios componentes incluyendo estimación y estructura poblacional, comportamiento, uso de hábitat, parámetros poblacionales, interacción con pesquerías, entre otros.

Para llevar a cabo esta investigación, se utiliza principalmente los botes de turismo de observación de ballenas. Una de las técnicas principales técnicas usadas es la fotoidentificación, que aprovecha el patrón de coloración de la cara ventral de la cola de las ballenas. Cada ballena tiene un patrón de coloración único, es como su huella digital. Actualmente se cuenta con un catálogo e historias de vida de más de 2,000 ballenas. La fotoidentificación ha permitido conocer algunos aspectos relacionados con uso de hábitat y movimientos entre localidades en aguas ecuatorianas y en otras partes del Pacífico Sudeste incluyendo Colombia y Sur de Chile, Península Antártica, e incluso en Brasil.
Durante su permanencia en aguas ecuatorianas, las ballenas jorobadas pasan mucho tiempo en aguas someras, usualmente menos de 100 m de profundidad. Las madres con crías buscan áreas cerca de la costa para la crianza de los ballenatos hasta que inician la migración a Antártica en el mes de octubre.

 

 

Varamientos de mamíferos marinos
Los varamientos de mamíferos marinos han sido una fuente muy importante de información para conocer las especies de mamíferos marinos que frecuentan aguas ecuatorianas. Investigadores del Museo de Ballenas han llevado registros de estos eventos desde 1987, lo que ha permitido también colectar una gran cantidad de especímenes que se exhiben en el Museo que han servido para estudios biológicos y taxonómicos. A través de los varamientos se ha podido conocer aspectos como distribución, estacionalidad, causas de mortalidad, etc. Gracias a este trabajo algunas especies fueron registradas por primera vez en la costa de Ecuador como la orca pigmea (Feresa attenuata), la ballena cabeza de melón (Peponocephala electra), la ballena picuda de Blainville (Mesoplodon densirostris), entre otras. En 1992 se hizo el primer registro de un varamiento masivo en Ecuador continental de 56 falsas orcas (Pseudorca crassidens).
Los investigadores del Museo de Ballenas han registrado más de 200 casos de varamientos en el país.



Varamientos 1987-1995                         Varamientos 1996-2010

Interacción con pesquerías

La mortalidad de delfines y ballenas en redes pesqueras es el principal problema de conservación de estas especies en Ecuador y en el mundo entero. Estudios llevados a cabo en Ecuador  han demostrado que anualmente miles de delfines y docenas de ballenas son víctimas de redes pesqueras artesanales usadas para capturar pelágicos grandes como tiburones, atunes, peces de pico, entre otros.

Es un tema que no ha sido abordado aún por las autoridades ambientales y pesqueras y, en el caso de los delfines comunes (Delphinus delphis), la especie más afectada, los niveles de mortalidad posiblemente no sean sostenibles.

Investigadores del Museo de Ballenas han determinado que en alrededor del  2o% de los animales varados en las costas de Ecuador la muerte fue causada por interacción con redes pesqueras.​

Colisiones de barcos con ballenas

Las colisiones de barcos con ballenas es un problema creciente en el mundo entero porque los barcos son cada vez más grandes y rápidos. Las colisiones se pueden dar con todo tipo de barcos, incluyendo mercantes, tanqueros, de investigación, de pasajeros, etc.  En Ecuador se han registrado colisiones de barcos con ballenas de Bryde, y se sospecha que muchas de las cicatrices y mutilaciones que se observan en algunas ballenas jorobadas son el resultado de encuentros no letales con barcos.
Los delfines, particularmente los costeros, también son víctimas de colisiones con botes rápidos que usan motores fuera de borda. Se han observado aletas dorsales y colas mutiladas así como grandes heridas y cicatrices en bufeos costeros en el golfo de Guayaquil.
Es difícil cuantificar el impacto para los cetáceos pues se desconoce la frecuencia de ocurrencia, las especies impactadas y la tasa de sobrevivencia a dichos encuentros. Investigadores del Museo de Ballenas han encontrado evidencia de colisiones en siete cetáceos varados.

Bufeo costero  (Tursiops truncatus)

Estudios de esta especie se vienen realizando desde 1990 en el golfo de Guayaquil (Puná, Posorja, el Morro) y en Salinas. Entre febrero de 1990 y octubre de 1992 se llevó a cabo un estudio sobre la ecología y organización social del bufeo costero (Tursiops truncatus) en el estuario interior del golfo de Guayaquil, incluyendo el río Guayas, isla Puná y varios lugares del Estero Salado. La población en el área de estudio fue estimada en 637 individuos (95% C.I. 541-733). La población del golfo de Guayaquil está organizada en comunidades de alrededor de 120 individuos con rangos de acción bien definidos aunque con sobreposición en sus límites. Este estudio también proporcionó información sobre distribución, uso de hábitat, comportamiento, hábitos alimenticios, entre otros.
Nuevos estudios se están realizando en Posorja, el Morro y el Estero Salado desde 2011. Los resultados demuestran que las comunidades de delfines en el estuario interior del golfo de Guayaquil han disminuido dramáticamente, alrededor del 50% en los últimos 25 años. Como principales amenazas se han identificado la interacción con redes y paladares, y comisiones con botes. Para la población de Posorja ahora hay una nueva amenaza, la construcción del puerto de aguas profundas. Eso tendrá un efecto devastador sobre la población por destrucción de hábitat y contaminación.

Ver aquí Presentación:

Félix, F. 2021. Necesidad de un Plan de Acción para los delfines del Estuario interior del golfo de Guayaquil.

Lobos marinos 

A pesar de que en la costa ecuatoriana no existen colonias reproductivas de pinnípedos, tres especies han sido registradas en la costa ecuatoriana: el lobo marino de Galápagos (Zalophus californianos wollebaeki), el león marino sudamericano (Otaria flavescens ) y el lobo fino de Galápagos (Arctocephalus galapagoensis). De las tres especies solo el león marino sudamericano es encontrado durante todo el año en aguas costeras ecuatorianas. Una pequeña colonia (asoleadero) de esta especie existe en Punta Brava, Salinas. El número de animales varía durante el año, desde 2-3 en los meses calientes (enero-marzo) hasta más de 50 en los meses fríos (septiembre-octubre). Esta es la colonia más septentrional de esta especie a lo largo de todo su rango de distribución que incluye ambas costas de Sudamérica. Por ser un sitio de fácil acceso, la colonia de lobos marinos de Salinas ofrece una magnífica oportunidad para estudiar el comportamiento y la dinámica poblacional de esta especie.

Con cierta frecuencia se ha registrado también el lobo fino de Galápagos Arctocephalus galapagoensis, particularmente en años del Fenómeno el Niño. Esta es una especie muy sensible a los cambios ambientales y durante períodos cálidos se alejan de Galápagos. Se han encontrado especímenes también en Centroamérica. Investigadores el del Museo de Ballenas hicieron los primeros registros de la especie fuera de Galápagos y también registraron los primeros nacimientos de  esta especie en el continente.

Aves marinas, costeras y terrestres 

Monitoreos en Ecuasal

 

Desde 1991 se vienen realizando diferentes estudios en las piscinas de Ecuasal en Salinas y Pacoa. Entre éstos destacan 350 censos sistemáticos de aves. Entre 1991 y 2000 se llevó a cabo un proyecto de anillamiento de las aves playeras en el cual fueron capturados más de 6,000 aves playeras, habiendo sido recapturados ya varios cientos de ellos. La marcación con banderines de colores permite su reavistamiento en el campo durante el viaje y los investigadores pueden conocer la ruta que siguen las aves migratorias. Entre 1995 y 1998 se realizó un proyecto de educación ambiental y varios miles de niños de escuelas y estudiantes visitaron las piscinas.

En el mes de septiembre se ha contado más de 32,000 aves de una sola especie, el falaropo de Wilson (Phalaropus tricolor). Otras especies de aves playeras que se puede observar son: el playero menudo (Calidris minutilla)​, playero semipalmeado (Calidris pusilla), playero blanco (Calidris alba)​ que forman grupos grandes a orillas de las piscinas. Estas son parte de las cuarenta diferentes especies de aves playeras que frecuentan en el sitio, y parte de las 130 diferentes especies de aves hasta la fecha registradas



Avistamiento de aves marinas desde la Chocolatera



Desde el 2009, se realizan observaciones sistemáticas de aves costeras y marinas desde la Chocolatera, dentro de la Reserva Marina Costera Puntilla de Santa Elena (REMACOPSE). Hasta la fecha se han realizado por más de 3,100 horas de observación. Para las observaciones se usan binoculares potentes de 16 x 70, montado encima de un trípode. Durante unidades de 60 minutos (no necesariamente una hora fijo del reloj) se observa el mar y se apunta las especies, su dirección y comportamiento. También se anota las condiciones atmosféricas (porcentaje de nubosidad, el viento y la visibilidad en kilómetros) y los cambios en éstas, ya que puede tener influencia en la presencia de ciertas especies de aves. La razón para contar en unidades fijas es para poder calcular el promedio por hora para cada especie, para cada mes y para cada año. Esto permite seguir las fluctuaciones poblacionales.

Entre las 95 especies registradas destacan el albatros de Galápagos (Phoebastria irrorata), una especie en peligro de extinción y que se observa con frecuencia costa afuera de Salinas. También el gaviotín Ártico (Sterna paradisaea), que cubre anualmente una distancia de más de 30 mil kilómetros, el viaje más largo conocido en el reino animal. Además se ha observado por primera vez desde la costa la Gaviota de Sabine (Xema sabini) que se reproduce en las costas de Alaska y pasan el invierno boreal en el hemisferio sur, desde Ecuador hasta Chile. Entre julio y septiembre se observó más de 1,000 ejemplares en camino hacia el sur de la Pardela sombría Puffinus griseus.

Monitoreo de los gaviotines inca y enbridado en islote el Pelado

Censos mensuales de estas dos especies se vienen realizando desde 2010 en islote el Palado, unos 6 km al norte de Ayangue, entre junio y septiembre. Ambas especies anidan en el islote pero sus números son diferentes. Mientras que del gaviotín embridado (Onychoprion anaethetus) se encuentran entre 60 y 80 parejas, del gaviotín inca (Larosterna inca) solo se han registrado máximo 5.

En el islote además se pueden observar otras especies como piqueros patas azules, pelícanos, algunas aves playeras y en el camino algunas aves marinas también.  

 

Aves terrestres
Monitoreos de aves se vienen realizando en el Bosque Protector Cerro el Paraíso (Guayaquil) desde diciembre de 2011. Este bosque Protector fue creado en 1989 y luego en 2009 reducida su extensión debido a la presión ejercida por el crecimiento urbano. Contiene el último remanente del bosque nativo de la costa ecuatoriana dentro del perímetro urbano de Guayaquil. El bosque incluía originalmente una superficie de 420 hectáreas, actualmente es de 299 hectáreas.  De éstas se estima que quedan unas 160 de bosque secundario intervenido.
A pesar de su grado de intervención, en el bosque El Paraíso existen aún una importante variedad de aves, algunas de ellas se encuentran en peligro de extinción. En total se han registrado 94 especies de aves, incluyendo 22 de las 59 especies endémicas de la llamada Región Tumbesina. El bosque ha perdido la conexión con la cordillera costera que terminaba en el Estero Salado, lo que ha afectado principalmente a los mamíferos de tamaño mediano y  grande  que  usualmente  necesitan  áreas  extensas. Las amenazas principales para las aves incluyen la tala de árboles, incendios forestales, extracción de piedra y la expansión de la frontera urbana. Se ha preparado una guía de aves del Bosque Cerro El Paraíso para promover su conservación.

Guía de Aves del Bosque Protector Cerro Paraíso. Ver (6.9 Mb).

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